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Con motivo del Día Internacional de la Mujer y
la Niña en la Ciencia, en la UNAM se efectuaron actividades en las cuales se
expuso la situación que enfrentan.
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De 608 personas galardonadas con el Premio
Nobel, solo 20 son del género femenino; en campos como la inteligencia
artificial hay una por cada cinco hombres; prevalecen jerarquías de género.
Las mujeres viven diversas desigualdades para
desarrollarse en la ciencia: representan solo 33 por ciento de quienes realizan
investigación; ocupan el 12 por ciento de los miembros de las academias
científicas nacionales y reciben becas más modestas que sus colegas masculinos,
de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Así lo
refirió la académica de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y cofundadora de
la “Colectiva Rastreadoras de cometas, mujeres en las ciencias y las
tecnologías”, Lidia Martha Barajas González, quien expuso:
En campos de vanguardia como la inteligencia
artificial, solo uno de cada cinco profesionales es mujer; ellas representan 28
por ciento en las ingenierías y 40 por ciento en áreas como informática y
computación.
Al ofrecer la conferencia “11 de febrero: Día
de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Una conmemoración indispensable”, aseguró
que “las investigadoras suelen tener carreras más cortas y peor pagadas; están
poco representadas en revistas de alto nivel y a menudo no se les toma en
cuenta para los ascensos”.
En el evento organizado por el Instituto de
Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM, la
también doctora en Filosofía de la Ciencia expresó: aunque han alcanzado la
paridad en áreas relacionadas con las ciencias de la vida -Biología, Medicina,
entre otras disciplinas-, siguen siendo minoría en informática y tecnología,
información digital, física, matemáticas e ingenierías, campos que impulsan la
revolución digital, en los que se desarrollarán los mejores empleos del futuro,
con mayor retribución económica, pero que no serán para ellas.
“Persiste el techo de cristal que es una
superficie superior invisible en la carrera profesional de las mujeres, difícil
de traspasar y que les impide seguir avanzando; su invisibilidad está dada
porque no existen leyes ni disposiciones sociales establecidas ni códigos
visibles que impongan limitación, sino que está construido sobre otros rasgos
difíciles de detectar como son los cuidados, la maternidad, entre otros”, dijo
en el evento moderado por la académica del IISUE, Tania Ocampo Saravia.
Futuras científicas
Docentes de la Facultad de Química (FQ)
compartieron experiencias profesionales y de vida personal para motivar a niñas
y adolescentes a dedicarse a las llamadas “carreras STEM” (acrónimo en inglés
de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas).
En la explanada del edificio A, ante alumnas y
alumnos, se realizó el evento “En la Facultad de Química las mujeres hacemos
ciencia”, donde les comentaron que la creatividad, pasión, organización y
confianza en sí mismas son elementos que necesitarán en el futuro.
Moderadora de la llamada “conversatoria”,
Carmina Montiel Pacheco, del Departamento de Alimentos y Biotecnología de esa
entidad académica, recordó: de las 608 personas galardonadas con el Premio
Nobel, solamente 20 (tres por ciento) son del género femenino. “Eso puede ser
inquietante, porque somos la mitad de la población que tenemos que trabajar e
incursionar en este tipo de áreas”.
Y agregó: “Pero no todo son malas noticias. La
generación 2023 de la Facultad de Química está compuesta por un 54 por ciento
de mujeres. Si nos vamos a los departamentos en donde se hace trabajo
científico, en la mayoría de ellos hay entre 40 y 50 por ciento de mujeres. Eso
quiere decir que la igualdad se está dando, estamos trabajando en ello, pero
debemos seguir aportando más”.
Maricamen Quirasco Baruch, del Departamento de
Alimentos y Biotecnología, rememoró que desde niña tuvo interés por la ciencia.
“En mi familia nunca me pusieron un alto y me dejaron estudiar lo que quise”.
Margarita Romero Ávila, del Departamento de Química
Orgánica, descubrió su vocación cuando le gustó el laboratorio y encontró
motivación para la investigación.
“Nunca me dio miedo y es un reto para mí.
Ustedes no se den por vencidas”, compartió Ana Laura Ramírez Ledesma, del
Departamento de Ingeniería Metalúrgica, al referirse a esta área en la cual
predominan los varones y en la que ha trabajado con confianza en sí misma. “La
pasión por la ciencia a veces llega poco a poco, cuesta trabajo e inspira”,
destacó Itzel Guerrero Ríos, del Departamento de Química Inorgánica y Nuclear.
Jerarquías de género
“En México la primera médica se tituló en 1887;
la primera abogada, en 1898; la primera ingeniera, en 1930; y la primera
matemática, en 1944, así se ha excluido a las mujeres de la investigación y se
les ha negado su capacidad epistémica”, acotó Norma Blazquez Graf,
investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y
Humanidades (CEIICH) de la UNAM.
Rememoró que en el mundo, las mujeres fueron
admitidas en las universidades hasta la segunda mitad del siglo XIX: Suiza
1860, Inglaterra 1870, Francia 1880 y Alemania 1900. Había una segregación
vertical a nivel académico y en los espacios de decisión o de reconocimiento; y
otra horizontal en algunas áreas del conocimiento.
Al dictar la conferencia “Del conocimiento de
las brujas a los estudios de género, ciencia y tecnología”, en el Auditorio del
CEIICH, la científica y humanista especialista en Ciencia, Tecnología y Género,
sugirió defender su rol como generadoras de conocimiento.
“Siempre me pregunté, por qué hay tan pocas
mujeres en ciencia y tecnología, pero siempre lo hemos hecho; sin embargo, las
contribuciones no se clasificaban, ni se reconocían como científicas”, aclaró.
Aun se produce ciencia y tecnología que refuerza jerarquías
de género, indicó la también doctora en Filosofía por la Facultad de Filosofía
y Letras, lo cual se denota en la organización de la ciencia, en los contenidos
y los resultados.
Como sabemos las mujeres representan solo el 30 por ciento
de la planta científica mundial. En México, presuntamente, es de 39 por ciento
en el Sistema Nacional de Investigadores, enfatizó.
Fuente: UNAM